La Virgen de La Merced fue llamada por Su Santidad el Papa Juan Pablo II en su primera visita al Perú en 1985, “La Estrella de la Fe y de la Evangelización”.
Esta Sagrada Imagen vio su culto nacer durante la época de la Evangelización constituyente, cuando Francisco Pizarro llegó al Perú y fue acompañado por religiosos de la Orden de La Merced, quienes se trazaron la meta de cimentar sus labores evangélicas y la inspiración al culto a la Madre de Dios, bajo la advocación de “María de Las Mercedes”.
Cuenta la historia que un día 24 de septiembre en horas de la noche, incursionó en nuestro puerto una flota inglesa conformada por los piratas más famosos de la época, invadiéndolo y aprovechando la fuga del vecindario, no sin antes experimentar toda suerte de manifestaciones de pánico, desesperación e importancia ante los intrusos.
Según los testigos de aquellos tiempos, cuyo testimonio registra la Historia, los ingleses entrenados para la destrucción y el pillaje, y dueños de la situación, se apropiaron de las riquezas y luego incendiaron la ciudad, para luego organizar sus acostumbradas orgías de triunfo bajo las actitudes morbosas y sanguinarias del pirata George Anson.
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